miércoles, 30 de julio de 2014

Carlos Mayolo / Luis Ospina - Agarrando Pueblo


Es extraño permanecer o ser dueño de un síntoma obsesivo, como la necesidad de escribir inmediatamente líneas torrenciales. Es curioso, porque aún no veo la película y, sin embargo, quiero iniciar hablando de ella o escribir sobre ella. Agarrando Pueblo, porno miseria, Cali, realismo mágico, McOndo, Ciudad Solar, el Cine Club de Cali y Caliwood, son los puntos desordenados que transitan por mi cabeza. A Johanna, la conocí gracias a un poco de jager y Andrés Caicedo. El último sábado charlamos pasada las dos de la madrugada, la marihuana ayudó. Le gusta bailar, a mí también, aunque no lo sepa. Johanna, lleva las piernas de María Carmen Huerta y sé que aún la infancia habita en sus ojos, se abstiene de crecer.
Johanna, huele a Bob a Dylan, a armónica y cigarrillos Winston, ella fue la que me habló de Ospina, antes no le presté la atención necesaria a Luis Ospina y todo Caliwood, o tal vez su forma de fabular fue la que me trajo aquí, a encender el computador y abrir más de ocho pestañas como resultado de la búsqueda de Luis Ospina.
Ahora que el largo ya terminó, siento que es agobiante enfrentarse a cosas en donde uno transita por vez primera. Pero este falso documental un tanto corto pero certero,  demuestra la poca decencia y la dramatización de lo marginal como crítica a los contemporáneos de su época. La banalización del registro absurdo de un Calí subterráneo, demacrado por la resaca de los poderes sociales.
Mendigos, taxistas, locos, camines o chicos de la calle y claro; brillando por su ausencia, las prostitutas que los directores buscaban tan ansiosamente. 
La miseria siempre acompañada de un poco de cocaína, hacen de la decadencia humana un símbolo que gira en toda la película. La cultura de la miseria, como paradójicamente cita uno de los directores, tratando de encontrar el ángulo preciso donde pueda enfocar más toda esa marginalidad que es el símbolo de toda la pseudo película que quieren obtener. 
Como corolario, ellos son la esperanza, ellos llevarán el mensaje, ellos los salvarán de la miseria, pero siempre la locura se presenta de forma indecente. Ella te hace muecas y gestos, te grita frente la cámara, te desestabiliza, te pone en aprietos, se limpia el culo con tu dinero, no le importan tus intenciones de cinemaltruismo. La locura que no le importa el cine, solo abre los ojos brazos y los ojos y te dice bienvenido a la vida, bienvenido a la miseria.