martes, 14 de enero de 2014

Nicólas Rojas - Esperar

He caído, no tan casualmente, en algunas películas, cortos chilenas. Al principio esa entonación de tildar siempre las últimas sílabas se me hacía compleja de entender. Mi proceso es lento, pero me estoy acostumbrando, tanto que cuando ahora escribo esto, hablo en voz alta, con cierta entonación mapuche. Hoy me enteré que Pixies viene a Perú, no tiene nada que ver, pero afecta de alguna forma todo lo que pueda percibir. Le dije a Julie las nuevas, pero ni se inmutó, me mandó a rodar. Yo pensé que aún volveríamos no formalmente, pero no, me equivoqué. Recuerdo que con Julie fuimos el año pasado a un festival digital, era las primera veces que escuchaba algo de Fuguet. Hurgando por la red uno se topa con que armó la autobiografía de Caicedo, uno se topa siempre con esa gran hermandad que posee de literatura y el cine. El año pasado por casualidades del destino recibí un libro de regalo, es uno de esos regalos que no tienes que forzar para sentir que te gustó. Cinépata de Fuguet, no sé como, pero la elección de catLina, fue precisa. El libro me gustó y no me lo esperaba, que fue mejor. Por razones no azarosas llegué a la web del mismo Fuguet, también con el mismo nombre, y hurgando uno se topa con esas cintas, aunque ahora deberíamos llamarle digitales chilenos, que sabemos que nunca llegarán a este extremo de sudamérica. Aunque no tiene una producción Hollywoodense, respeto mucho los guiones y los lugares donde transita la historia.

Desayunar cervezas o café helado, no soy partidario de ninguna de ellas, pero siempre que van con el paroxismo de la soledad, es que los problemas nunca están afuera, sino dentro. Y Nicólas con toda esa población en su cabeza, trata de alejarse de cualquier elección, no quiere elegir. ¿Quien demonios quiere elegir, cuando puede tomar todas las opciones? Recuerdo  a Julie, a algo así como Paulina. Pero Julie no está solo en mi cabeza, podría verla, decirle algo, pero no. Decirle por ejemplo que regrese con su novio, o algo similar que Nicólas, pero esto no es un corto de ficción, es un largo realista, un sucio largo realista urbano. La soledad como enfermedad, podría ser uno de los temas en el cual gira todo el corto, pero no soy quien para establecerlo así, diremos que solo es uno de los tantos temas. Nicólas no es que no quiera perder a Paulina, no. En realidad no quiere perderse a si mismo, quiere conservar todos su complejos, sus prejuicios, de permanecer callado cuando no es debido, de enfermer tímida e individualmente. Pero hay otro temor que lo perturba, no quiere habitarse completamente, no quiere espiar cada esquina de sus sombras, no quiere encontrarse. Tal vez nunca lo haga, no lo sé. Solo cierra la puerta y yo, salgo a buscar a Julie. 


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